En casa la orden fue: ¡No
mascotas!; sin embargo, me enfoqué en convencer a la persona que dio la orden
(mi esposo), para que cambiara su forma
de pensar, pero pasaban los días y firme en la decisión. Así que, al no conseguir nada, usé
una estrategia.
Primero:
alquilar películas familiares donde el personaje sea un perrito; segundo: esperar un viaje del
papá para traer a casa a la mascota. Claro, desobedecería la orden pero ya con
ella en casa no habría marcha atrás, tercero:
ya con la mascota en casa iba a ser más fácil, partiendo de la premisa que tiene cariño por las mascotas….
Y así fue, mi esposo viajó. Era el momento exacto para recoger a la mascota. La trajimos a casa cuando aún tenía un mes de nacida. La primera
noche lloró, así que no pude dormir bien; lo mismo ocurrió la segunda noche
hasta que ya la tercera pudo dormir mejor.
En breve le pusieron sus vacunas
y ya estaba aclimatada a su nuevo hogar.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEig5cizl3lFoyuwvIQGDwPTrHjxK8S3GT0kb62fEzcNoFCsPsH5bWCFg-uHYPr0BuNxbHKAa4TEjkI-37hyIvT50EFNBuBBFGHm0jrt9DG9ivjDpHzeREuMuoEb3qXuKIuQXbPVo98cfas/s200/IMG12063.jpg)
Bueno, él llegó de viaje y
contrariamente a lo que pensé la abrazó; tengo una fotito de su primer
encuentro; sabía que Wanda lo iba a cautivar.
Los primeros quince días: dedicación
exclusiva, pues necesitaba que aprenda a hacer sus necesidades en el jardín.
Estuve recogiendo, durante las primeras semanas sus regalitos en la entrada de
la casa, pero creo que a las tres semanas aprendió. Hoy ya tiene ocho meses y sabe
que debe ir al jardín.
Los primeros dos meses:
dedicación exclusiva para corregir su mal hábito de morder las esquinas
inferiores de los muebles…. después de corregirla cada vez que lo hacía,
aprendió.
A los siete meses ya su cuerpito
indicaba que estaba preparada para ser madre, a limpiar sus rastros… durante
esos 10 días el trapeador era una extensión más de mi cuerpo. Intenté con pañal
pero no era práctico ni para mí ni para Wanda.
Hace unas dos semanas tenía algo
en el ojo, era como una bolita, la llevé al veterinario y me dijeron que había
que hacerle una cirugía…. pobrecita pero ya superó aquella intervención
quirúrgica.
Bueno, ¿Qué puedo decirles?, en casa somos cuatro: Papá, mamá, hija y mascota.
Tener una mascota es tener tiempo para atenderla, para cuidarla, para jugar con ella; además de contar con un presupuesto adicional. Es un ser viviente que siente, que juega, que se enferma, que disfruta a la familia, creo que no me equivoqué en traerla a casa.
Tener una mascota es tener tiempo para atenderla, para cuidarla, para jugar con ella; además de contar con un presupuesto adicional. Es un ser viviente que siente, que juega, que se enferma, que disfruta a la familia, creo que no me equivoqué en traerla a casa.
Hasta pronto!
Cynthia