Luz roja. Estoy esperando el cambio de luz del semáforo, ahí están: niños, niñas acercándose a pedir un "apoyo".
Dicen que la indiferencia mata. ¿Cuántos de ellos habrán sentido morir al final del día?, pero no sólo por esa indiferencia, de nosotros los adultos, sino porque sus estomaguitos estan vacíos, sus cuerpecitos con frío por la ausencia de una prenda abrigadora, y sus almas tristes porque no reciben el abrazo afectuoso de un familiar.
Hoy me refiero solamente a los niños que viven solos en las calles, no a aquellos que con sus padres viven la triste historia de no tener un lugar donde vivir.
Hoy me refiero solamente a los niños que viven solos en las calles, no a aquellos que con sus padres viven la triste historia de no tener un lugar donde vivir.
Muchos de ellos, por no decir la mayoría, fueron expulsados de sus hogares, y no necesariamente porque les dijeron: !Lárgate!, sino porque el ambiente de violencia y abandono los empujo a tomar el camino de la independencia. Se sienten mejor afuera que en un hogar lleno de abusos.
Retomemos, un día en sus vidas: Abren sus ojos, la necesidad llama (ubican un lugar: un parque, un baño público, una calle), buscan alimento en algún puesto de comida o resturante (generalmente en mercados) luego si no se drogan buscan la forma de conseguir dinero...ya sabes cómo... ¿Tienen otra opción? , ¿Cúal?. Sí claro, limpiar lunas, vender caramelos, ...
Con la familia ausente y con el rechazo de la sociedad constante ¿Qué posibilidad tienen de tomar otro camino?. Las políticas sociales, las instancias del Estado que promueven los derechos de las y los niños existen y lo que defienden está plasmado en numerosos documentos, pero la realidad es tán crítica que pareciera que todo aquello queda en investigaciones, publicaciones y demás.
Llega la noche, es hora de dormir. Se unen con sus compañeros de andadas, muy pegados unos a otros para darse abrigo, algunos consumen alguna droga (entiéndase bolsa con algún tipo de pegamento de zapato) se quitan los que algunos de ellos consideran objeto de valor: su zapatos; los usan de almohada (para evitar que alguien se los robe), se tapan con cartones....Amanece, otra vez a solicitar alimentos a alguna vendedora ambulante de comida o a algún restaurante...El círculo de nunca acabar....
Cuando veo un niño de la calle, sólo veo en él/ella toda una vida llena de abusos.
Cuanto desprecio por las los padres que irresponsablemnte traen al mundo niños y niñas inocentes, que tienen que verselas solos porque "la familia" es una palabra sin definición.
No los miremos con indiferencia, recordemos que su familia los abandonó, no seamos parte de una sociedad que también hace lo mismo.
Hace no mucho me reunía con niños de la calle (como parte de una de mis intervenciones profesionales), uno de ellos, un día me dijo: "Lo más duro es que la gente te suba las lunas, pero lo que me produce dolor y resentimiento es que nisiquiera te miran, no existo ni para mi familia ni para la gente".
Hasta pronto.
Cynthia.
Hola Cynthia, Desde leer este blog, he estaba pensando en estos niños de la calle, pero todavía no se lo que quiero decir sobre este terrible tragedía. He oído que en algunos países que los padres han mutilado a sus hijos por romper brazos o incluso cegandolos así ellos podrían conseguir más dinero por pedir limosna. A veces, creo que debe ser anticonceptivos en el agua para todos y para ser padres, uno tiene que obtener permiso de reproducirse. De todos modos,no vivimos en el mundo perfecto, así qué ¿Cómo podemos ayudar estos niños? Saludos, Kathy (ojalá, ¡me entiendas!
ResponderEliminarHola Kathy. Esos padres y madres son despreciables. Sin embargo, debemos entender que detrás de cada uno de estos padres existe toda una serie de problemas que les afectan: alcoholismo, drogadicción, maltrato, pobreza extrema, etc. Creo que el Estado debería realizar acciones que busquen prevenir estos problemas así veríamos familias más saludables con niños alegres de vivir en un mejor ambiente. Así, estos niñso, no tendrían que elegir la calle para vivir. Saludos!!
ResponderEliminarSi claro,Cynthia tienes mucho razón. Como enfermera he cuidado muchos adultos se creció con múltiples problemas en sus propias familias y ahora sufren con las mismas aflicciones que mencionas y no saben nada más. Puede ser un circulo vícioso. Creo que los programas que pueden ayudar a estas personas siempre son los primeros en ser cortadas por el Gobierno en tiempos económicos difíciles
ResponderEliminarSaludos!