30 de septiembre de 2012

ZZZZZZZ

Leí en el Facebook de una de mis amigas algo que es tan pero tan cierto: "Desde que soy madre no he podido dormir hasta tarde los fines de semana". Claro amiga, que alegría era levantarse sola y continuar en cama leyendo, viendo una pelí o simplemente pensar en nada........... no importaba si me quedaba sin desayuno pero la idea era descansar. Podía ver una o varias películas por las noches y sabía que podría recuperar el sueño al día siguiente
Cuando traje a mi pequeña a casa (recien nacida), recuerdo que fueron varias las noches caminando con ella en brazos cantándole o dándole de lactar. Al día siguiente, sólo podía recuperar el sueño cuando ella dormía.
Una profesora en la universidad me dijo: "desde el día que comienza tu labor de madre no podrás volver a dormir unas horas más por la mañana". Mi pequeña tiene 6 años, y efectivamente, hace 6 años no he podido darme el lujo de levantarme a la hora que deseo.
"Mamá, ¿me preparas mi leche?", "mamá, ¿me ayudas con esto?", "mamá, ¿ya te puedes levantar?"...
Cuando escucho esas palabritas pienso: "Ojala alguién me dé una mano" (Me tapo la cabeza con una almohada, respiro hondo y  decido levantarme). Ni modo, es hora de levantarse, no hay otra opción. Me imagino que a estas alturas te preguntas: ¿y el papá?. Ustedes saben:  está pero no está (¿?) ... continuemos: me levanto, y al ver su carita se me ilumina todo ¿Cómo no levantarme a atender a esa personita?
Ayer salí a una reunión de compañeros de trabajo hasta altas horas de la noche. Sabía que eso implicaba que ya no podría recuperar esas horas de descanso. Así que me preparé mentalmente para ello. 
No sé si sólo soy yo, pero realmente extraño esas horas de descanso que uno en soledad podía tener. Bueno, por lo menos somos dos: mi amiga (la de la frase en facebook)  y yo. Efectivamente, no dormiremos un poco más ni siquiera los fines de semana. 
Probablemente éste puede ser un tema  insignificante en la vida de las mujeres que asumen el rol de madres, pero  si lo sumamos a  la inumerable lista de cambios generados a partir del nacimiento del primer hijo/a podría decir con total seguridad, y sin temor a equivocarme, que la labor de una madre jamás podrá ser igualada por algún  miembro de la familia.
 
Hasta pronto!
 
Cynthia.
 
 
 
 
    

25 de septiembre de 2012

La verdad no tiene valor

Hace unos meses en nuestro país se estreno el programa de televisión llamado "El Valor de la verdad", un formato que en otros países causó polémica. En este programa, un conductor hace una serie de preguntas a un concursante, que previamente ha pasado por la prueba del polígrafo para responder con la verdad las preguntas que se le hiciera; si la concursante responde con la verdad se va haciendo acreedora de varios  cientos de soles (moneda peruana), mientras más preguntas "íntimas y personales" responda con la verdad el valor ganado aumenta. Si miente pierde todo el dinero acumulado.
Suelo ver los programas de televisión nacional, por lo menos una vez para poder comentar y opinar sobre éstos; por ello, ví  parte de la primera emisión de dicho programa: una jovencita contaba a nivel nacional que tenía una doble vida, trabajaba en centros nocturnos, entre otras cosas. Su familia y su enamorado estaban presentes en el set de televisión.
Hace unos días leo en un diario local virtual, que la joven había sido asesinada y el asesino confeso era el propio enamorado (quien también estuvo en el set de televisión).
Quedé sorprendida por la noticia. Al día siguiente y los días posteriores todos los medios de comunicación opinaban y comentaban sobre el tema. Unos decían que la responsabilidad es de este tipo de programas porque el joven fue expuesto a una humillación pública (la chica confesó que tenía sexo a cambio de dinero); por otro lado, otros medios señalaban que el dinero ganado fue el móvil del crimen, y el programa no es responsable de la personalidad antisocial del jóven. Entre unos y otros se atacan y defienden sobre la responsabilidad del programa.
Creo que fuera de la responsabilidad del asesino, hay una responsabilidad ética del programa y sobre todo del canal de televisión. Hoy en día es casi normal ver programas de televisión donde la intimidad es expuesta con total naturalidad (programas reality), programas de concurso donde los enamoramientos se hacen y deshacen, programas donde la sangre y el dolor son expuestos diariamente con total naturalidad.
Este caso debe servir como un hito para que los medios de comunicación entiendan que tienen un gran poder y que si bien es cierto la responsabilidad no es directa, deben hacer una autocrítica y autocontrolarse. El dinero que ganan los medios de comunicación y sobretodo los conductores no debe ser a costa de fomentar el morbo y la miseria humana. Ojala y cada uno de nosotros entendieramos que el consumir este tipo de información nos hace cómplices de toda esta podedumbre que existe en los medios.
 
Nos vemos pronto!
 
Cynthia